Tras muchos meses de incertidumbre, parece ser que ya es una realidad. Este será el último año de la PAU. De modo que, el próximo curso, el alumnado que finalice Bachillerato deberá enfrentarse a un nuevo examen.
Tras varias sesiones de negociaciones, esto es, a grandes rasgos, lo que plantea el Gobierno en funciones de cara al examen:
- La reválida sustituirá a la PAU, por lo que no habrá dos exámenes simultáneos.
- No habrá preguntas tipo test como se había planteado en un principio. El formato de examen se mantendrá similar al de la PAU.
- Los rectores coinciden en que no habrá exámenes de acceso específicos para entrar en cada universidad, sino que, en la mayoría de los casos, la nota de la reválida será la que cuente para acceder a los grados.
- Se dará libertad a cada Comunidad Autónoma para que realicen los exámenes en las fechas y formato que consideren oportuno. Eso sí, con algunas características comunes. Por ejemplo, todo el alumnado deberá presentarse a las asignaturas troncales, dos opcionales y una específica a escoger.
- Aspectos comunes con la PAU:
- Los exámenes los continuarán corrigiendo profesores del sistema público.
- Se puntuará igual: la nota máxima, que ahora es un 10 pero puede subir hasta 14 con el examen de dos específicas, seguirá ponderándose de la misma forma.
- Para la nota final, contará un 60% la media de los dos cursos de Bachillerato y un 40% la calificación del examen.
- Si no aprueba la reválida, el estudiante no podrá seguir estudiando ni obtendrá el título, algo que ahora no ocurre. Aunque, en el curso 2016-2017 la reválida no tendrá efectos académicos, es decir, si el alumnado la suspende podrá titular, pero sí contará la nota para acceder a la universidad.
- El Decreto también regulará el acceso a la Universidad desde FP y fijará las medidas para que el alumnado con Necesidades Educativas Especiales pueda realizar la prueba.
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